LA VIRGEN Y LA CRUZ
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En la Didajé - la enseñanza de los doce apóstoles - se llama al Crucificado con una expresión que tal vez nos parezca chocante: el Maldito. Porque esto es lo que Jesús/Yeshua fue en ese momento de insondable entrega que traspasó los siglos:
“…hecho por nosotros maldición
(porque está escrito: Maldito todo el que
es colgado en un madero)”
Gálatas 3:13
(porque está escrito: Maldito todo el que
es colgado en un madero)”
Gálatas 3:13
Tal vez los cristianos no siempre reparamos – porque sabemos lo que pasó tres días después – que aunque la cruz es el emblema mas reconocido de nuestra fe, simboliza maldición. Él que allí colgó tomando sobre Sí el pecado de su pueblo y de toda la humanidad, y el instrumento de tormento vil al que fue clavado constituyen el clímax mas dramático de la humanidad, la mayor maldición acumulada que ya hubo sobre este planeta. Pero en la otra punta del ministerio terrenal del Hijo de Dios y Salvador nuestro se acumula – si el sacrificio de la cruz ha de ser perfecto como lo fue – todo lo opuesto a este momento de cerrada oscuridad. Esto es: en el otro extremo encontramos el momento de más grande bendición: la concepción del Hijo de Dios en el vientre de una virgen. Y esta concepción hubo de ser de una santidad y pureza equiparable al Ser que allí tomó su ropaje carnal. Esto es, el vientre de María no pudo de ningún modo macular lo que el Espíritu Santo en el había concebido. David dice de sí mismo refriéndose a la característica impresa en todo ser humano:
“He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre”.
Salmo 51:5
Y en pecado me concibió mi madre”.
Salmo 51:5
Pero del Hijo de David/Hijo del Hombre – Dios hecho carne - de ninguna forma puede decirse que “fue concebido en pecado”. Él es “sin pecado” desde la eternidad a la eternidad y no puso ser manchado en su ministerio terrenal. Ahora bien, el Señor dividió en dos partes/elementos sagradas - en oportunidad de su ultima cena pascual - el sacrificio expiatorio que estaba a punto de aceptar sobre Sí mismo: Su cuerpo y Su sangre (Corintios 11:24-25). ¿Eran ambos – cuerpo y sangre del Señor - desde su concepción en el vientre de María sin mancha de pecado? Ya afirmamos que sí. pero esta pregunta es la que une el sacrificio vicario de la cruz al nacimiento virginal en el vientre de María del Hijo de Jesús/Yeshua.
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* María, el Espíritu Santo, y la sangre de Jesús.
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En la sangre de Jesús/Yeshua hay dos temas para analizar: el primero es como se generó la sangre del Niño en el vientre de María - según la biología definida para el genero humano - y el segundo, que veremos que es mas hondo e importante trata de cual es la composición de esa sangre preciosísima, lo que nos revela un misterio conmovedor.
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Vamos el primer punto: la ciencia parece estar de acuerdo que durante la gestación la sangre del feto no se mezcla con la de la madre. Leamos por ejemplo este comentario de un médico mesiánico:
"Quiero como Médico analizar algo para responder esta pregunta:
El feto está en contacto con la madre, a través de un órgano muy vascularizado llamado “placenta”. Esta cumple funciones respiratorias, de nutrición hacia el feto y de excreción de productos de desecho del feto hacia la madre como el dióxido de carbono. La placenta cumple prácticamente la función de 3 órganos que no están en función en la etapa intrauterina del feto: pulmones, hígado y riñones. El cordón umbilical que une al feto con la madre sale de la placenta y lleva dos arterias fetales y una vena umbilical materna. A través del cordón umbilical se trasladan hacia el feto de parte de la madre: oxigeno, nutrientes como aminoácidos, lípidos, glucosa, vitaminas, acido fólico, minerales como hierro necesarios para el buen desarrollo del feto.
Pero algo fundamental: ¡¡La madre No da sangre suya al feto!! ¡¡El feto va formando su propia sangre!! Y la forma utilizando la genética tanto del padre como de la madre, pero no recibe ni un gramo de sangre de la madre, ya que esta no atraviesa la barrera placentaria. La sangre fetal y la sangre materna no se mezclan, salvo en una pequeñísima cantidad durante el parto, por eso es que los médicos tratamos rápidamente al momento de nacer el bebe, de clampear el cordón y poner un poco en alto al bebe para que no siga pasando sangre de la madre al feto." (nota 1)
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Con lo que podríamos considerar que la sangre del Niño concebido en el vientre de María no se “mezcló” con la de la madre, contaminada por el “ADN de la caída” por ser María mortal. Aunque anotemos que esto no es 100 % seguro sino que hay un momento en que estas dos sangres podrían entrar en contacto en cuyo caso la sangre de Jesús/Yeshua quedaría impura.
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Veamos ahora el segundo punto: la sangre de Jesús/Yeshua no tenía 46 cromosomas, ¡sino 23!. Por tratarse de un tema que incluye conceptos médicos voy a transcribir un informe al respecto sobre un examen realizado a una muestra de sangre de Jesús/Yeshua:
"Toda persona tiene 46 cromosomas, 23 de la madre, 23 del padre. 22 autosomas de tu madre y 22 de tu padre. Un cromosoma "X" de tu madre y un cromosoma "X" o "Y" del padre, La sangre de Jesús tenia 23 cromosomas de la parte materna y un cromosoma "Y" del padre. El niño en el vientre de la madre no podría haberse desarrollado si no hubiera tenido las autosomas de la madre. Entonces todas las características físicas fueron determinadas por el lado de la familia de se madre, sus autosomas. Su masculinidad fue determinada por el cromosoma "Y" que provino de una fuente no humana."
Este punto es, con mucho, mas importante que el primero. Las muestras de sangre de Jesús/Yeshua fueron obtenidas de dos fuentes: el Santo Sudario y aquella que provino de las investigaciones de Ron Wyatt en el lugar de la crucifixión. Y estudios científicos separados llegaron a la misma conclusión: esa sangre tiene solo 24 cromosomas (abajo anexo un link de un video en que Ron Wyatt se refiere a los estudios realizados sobre la muestra que él encontró).
De esto concluimos:
1) que el cromosoma “Y” de la sangre que determina la masculinidad de la criatura fue provisto directamente por Dios, es de naturaleza divina. Esto es lo que hace la sangre de Jesús/Yeshua preciosísima y, por contener esa naturaleza divina, inmortal ya que una muestra seca pudo ser liquidificada para ser analizada luego de 2000 años!.
2) que todas las características somáticas de Jesús/Yeshua fueron provistas por María. De lo cual deducimos que Jesús/Yeshua era un clon masculino de María! ¿no coloca esto a María en una posición especial en nuestra consideración?
Vamos al segundo elemento del memorial que nos dejó Jesús/Yeshua que deberíamos celebrar hasta que Él venga:
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* María y el cuerpo de Jesús/Yeshua.
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Lo dicho en el análisis de la sangre nos pone ante un dilema doctrinario:las características somáticas de Jesús/Yeshua se derivan únicamente de María. No sabemos si en este caso también hay una barrera placentaria (que ya vimos que es imperfecta en el momento del parto). En Isaías 53 leemos:
"Ciertamente llevó él nuestras enfermedades,
y sufrió nuestros dolores;
y nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios y abatido
Mas él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre él,
y por su llaga fuimos nosotros curados."
Isaías 53:4-5
y sufrió nuestros dolores;
y nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios y abatido
Mas él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre él,
y por su llaga fuimos nosotros curados."
Isaías 53:4-5
Este pasaje hace referencia NO a la sangre de Jesús/Yeshua, sino a Su cuerpo (clonado de María). Ahora bien, así como el pan que es confeccionado con harina fruto de una molienda, el cuerpo que fue “molido por nuestros pecados” debió de ser “pan sin lavadura” como lo indica los santos elementos memoriales de la cena del Señor. Y nos parece que aquí hay un requerimiento necesario de que el cuerpo de María también fuera “sin pecado”. Es decir que para que Jesús/Yeshua tuviera una concepción inmaculada, la de María también tendría que haberlo sido. Este es un vacío en la actual doctrina evangélica (no en la católica, ni en la de los reformadores). El hecho que nos parece ineludible es que Dios/Elohim – YaHVéH - de alguna manera tuvo que haber borrado toda impureza del cuerpo de María para que en ningún caso lo impuro maculara al Niño en sus entrañas. A esto se refiere Lutero en la cita que trajimos en el estudio anterior:
“… de modo que mientras que el alma le era infundida, ella al mismo tiempo era limpiada del pecado original….. y entonces, en el momento mismo en que ella comenzó a vivir, fue libre de todo pecado”. (Martin Luther’s Works, vol 4, pg 694)
La “cosa nueva” que sería una señal a Efraín para que este retornara al culto verdadero y abandonara su vida peregrina requería que hubiese una intervención especial de parte de Dios/Elohim en su Creación, algo que produjera un hecho radicalmente “nuevo” e inimaginable. Y esto era fácil tratándose del Creador de cielos y tierra. Y pienso que en el caso de María, electa desde antes de la fundación del mundo para participar cediendo su vientre y su cariño maternal al Plan de Redención, fue realizada esa obra especialísima para que el Niño que iba a crecer en su seno no fuera como en el caso de David "formado en maldad y pecado", sino limpio de toda mancha adámica, y así fuera apta para la Obra que la hizo “bendita entre todas las mujeres”, eternamente.
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Este es link del impresionante testimonio de Ron Wyatt sobre la composición de la sangre de Jesús:
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Nota 1) Dr. César Garavito
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